En el número 4 de la revista Corresponsables, editada por Media Responsable, aparece un especial sobre verificación, auditoría y certificación en RSC, en el que se entrevistan a distintos expertos españoles, entre ellos el socio director de Ètia, F. Xavier Agulló. A continuación publicamos la entrevista entera.

 

CORRESPONSABLES: ¿Cuáles son, en su opinión, los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta a la hora de realizar un reportaje sobre verificación, auditoría y certificación en responsabilidad social?
F. XAVIER AGULLÓ: Centrarse en normas realmente certificables, pues la dispersión y atomización de iniciativas de manuales de buenas prácticas y sistemas de gestión es tal que sería imposible un trabajo exhaustivo. En segundo lugar creo que son tres los aspectos que estructuran la temática: la certificación parcial en distintos ámbitos de la RSE, la certificación global y la certificación en los flujos de información y transparencia.

C: ¿Cuáles son los actuales sistemas existentes de verificación, auditoría y certificación en Responsabilidad Social y cuál es su opinión de cada uno de ellos?
XA: Los sistemas que conforman la triple certificación (calidad, medio ambiente y salud y seguridad) son sin duda los que por ser conocidos despiertan también una mayor confianza. Todos ellos creo que deben ser la referencia en cualquier otro ámbito.

Ahora bien, bajo mi punto de vista en el ámbito laboral no existe ningún sistema realmente útil desde un punto de vista global y desde un punto de vista occidental. Es decir, SA8000 no deja de ser una certificación bienintencionada pero que carece de todo tipo de sentido en los países occidentales por sobrepasar en todos ellos la legislación a sus parámetros de valoración. El resto de certificaciones son parciales, y no cubren todos los ámbitos, aunque sean ciertamente buenos sistemas de verificación, como EFR-Empresa Familiarmente Responsable en el ámbito de la conciliación empresa-persona. Finalmente, los sistemas sectoriales de verificación (como el WRAP en el textil o los sellos de turismo sostenible) acostumbran a estar también enfocados a países en vías de desarrollo y en cualquier caso son sectoriales, por lo que siempre va a ser difícil que el consumo los reconozca, aunque aporten ventajas en la cadena de custodia al ser valorados por clientela corporativa (ejemplo de las maquilas en Centroamérica y sus empresas clientes estadounidenses).

Es por todo ello que veo sólo tres auténticos concurrentes en lo que sería el establecimiento de sistemas de gestión globales en RSE: GRI con verificación externa, AA1000AS y SGE 21. Las dos primeras siempre han tenido el problema, que sólo GRI intenta solucionar parcialmente, de estar muy alejadas de las necesidades y capacidades de las PYME. AA1000AS, centrado en cómo la empresa se relaciona con todos sus grupos de interés, no supera el centenar de empresas certificadas en el mundo, lo cuál dice muy poco a favor de la difusión del sistema. Por lo que respete a GRI, sigue siendo demasiado complejo para una PYME, y de hecho se ha asociado muy poco a certificación, y veo a su vez difícil que pueda realmente llegar a ser apreciado por el consumo y otros grupos de interés, pues no deja de ser compleja su comprensión, al tener que ir acompañada de hecho de certificaciones externas del contenido además de validarse la adecuación de la estructura a la directrices de GRI.

Así las cosas, nos queda SGE 21, un sistema de gestión certificable de la RSE global, occidental y no occidental, con una fórmula clara de certificación, con un acercamiento claro a la metodología de la triple certificación (ISO 9000+ISO14001+OHSAS 18001), y desde mi punto de vista clara candidata a ocupar el sitio de honor en una hipotética llamada cuádruple certificación (ISO 9000+ISO14001+OSHAS 18001+SGE21). Aunque peca de poco profundo y tiene ámbitos de claras lagunas, como son la conciliación o la acción social, es un sistema flexible que permite integrarse con cualquier otra certificación parcial en calidad, medio ambiente, salud y seguridad, conciliación, igualdad, etc.

De todas formas adolece también de grandes problemas: su implantación es local, aunque la reciente apertura del capítulo de Argentina permitirá un inicio en su proceso de internacionalización. Su conocimiento entre el consumo y, especialmente, en el mundo empresarial es muy bajo, todavía hoy asisto a conferencias donde ni tan sólo se menciona. Pero es, sin duda, un gran norma certificable que debe ser promovida con mucho más ahínco y apoyo institucional, casi nulo hasta ahora.

Veo un escenario futuro muy claro: sistema de gestión de la RSE + sistema de certificación de la transparencia. Por un lado un sistema de gestión basado en una norma certificable, que podría ser SGE21 o una ISO 26000 refundada y certificable, que acogerán e integrarán las certificaciones parciales en calidad, medio ambiente, salud y seguridad o recursos humanos, y por otro lado un sistema de verificación y certificación de la transparencia (sin duda va a ser GRI), que puede o no incluir sistemas de gestión de la relación actuales como AA1000.

C: ¿En qué áreas y materias se está centrando más la certificación y cuáles están quedando más apartadas? (medio ambiente, accesibilidad, calidad, recursos humanos…).

XA: Ciertamente hay ámbitos mucho más centrales en la certificación de las materias de la RSE, quizás porque desde hace años se implantaron, como son la calidad, el medio ambiente y la salud y seguridad en el trabajo, lo que se viene a llamar la triple certificación. Por negación, todo el resto de ámbitos están poco o nada desarrollados, aunque existan sistemas de gestión y certificación. Por un lado el ámbito de recursos humanos existe una enorme dispersión de iniciativas todas ellas de poca o reciente implantación. En segundo lugar, la gobernanza (SGE21, GRI, AA1000, etc.) está siendo objeto también importante de desarrollo, pero todavía es incipiente. Y en tercer lugar, para poner dos ejemplos de ámbitos para nada desarrollados o muy poco, la acción social y la cadena de custodia no son objetivo prioritario de las normas certificables, seguramente por la dificultad que entrañan y lo que obligan no sólo a la empresa auditada sino también a terceras partes.

C: ¿Qué otras deficiencias o puntos a mejorar (en caso de haberlos) detecta en los procesos de auditoria, certificación y verificación en España y cómo se pueden ir subsanando?

XA: En normas internacionales tipo ISO-CEI no creo que haya nada a mejorar, son sistemas muy claros y efectivos. Es en todo caso en las normas nacionales tipo UNE o las normas de empresa tipo SGE21, SA8000 o AA1000 donde hay mayor margen de trabajo. No dejan de ser estándares sujetos a un nivel importante de subjetividad por parte de la certificadora responsable, por lo que es posible todavía trabajar en reducir tales niveles de incertidumbre. A su vez, el punto a mejorar es claramente el apoyo institucional, no hay interés en España (diría que ni en Europa) en apoyar normas realmente globales.

C: ¿Cuál es su opinión sobre el GRI 3 y qué puede aportar a todo este debate?

XA: GRI de hecho puede aportar algo muy importante: hacer creíble ante los grupos de interés un sistema de gestión certificado en RSE. Es el vehículo para la transparencia informativa, pero para ello es necesario que simplifique su multitud de opciones, acaso obligando un poco más a quiénes quieran realmente adoptar su modelo.

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